Estudios revelan que gerentes de empresas gastan un 30% del tiempo -en promedio- en la toma de decisiones de las empresas, y en cargos directivos este tiempo llega a ser ocupado hasta un 70%.
Sin importar si es una pequeña o gran compañía, los empresarios se ven obligados a tomar decisiones empresariales importantes que marcan el futuro de éstas y de sus trabajadores. Eso ha sucedido especialmente en épocas de crisis y recuperación económica.
Un estudio de McKinsey & Company, Inc. -consultora estratégica global, que presta servicios a las mayores empresas de negocios del mundo- reveló que un gerente de alguna compañía incluida en la lista Fortune 500 puede llegar a gastar un 30% de su tiempo en la toma de decisiones para la empresa, incluso, en niveles de dirección más altos esta cifra puede llegar al 70%.
“Las decisiones empresariales no deben tomarse de manera impulsiva, para tomar decisiones oportunas es preciso conocer cada proceso tanto positivo como negativo de una empresa”, asegura Albana Llaneza, directora de SAP Concur y asesora de servicios de administración de viajes y gastos a empresas.
La experta en negocios y empresas asegura que las decisiones empresariales “son un proceso que se desarrolla a través de los años y que mantiene una estructura cíclica, la cual se retro-alimenta a partir de las acciones que se ejecutan».
Para llegar a la toma de decisiones, resulta imprescindible -no solo tener a un buen equipo de trabajo que analice y proponga soluciones que resulten efectivas- sino también se requiere de micro-competencias que los directivos deben aprender a desarrollar como la observación, saber escuchar, preguntar, identificar criterios, ser creativos, entre otras.
Según expertos, existen algunos tips necesarios para estructurar estrategias que permitan una toma de decisiones eficaz. Para ello, lo primero es Identificar el Problema. Un problema surge cuando se percibe una alteración del estado actual de una situación y el estado que se desea de ella. Ésta pone en alerta al responsable del área comprometida y lo obliga a conocer la problemática, su naturaleza y -mediante un análisis-, actúa para resolverlo o para llevarlo al estado que se quiere alcanzar.
Para que esto se desarrolle de la mejor manera, el responsable deberá contar con la información y con los recursos para identificar el problema y luego encontrar la mejor solución posible. De esta manera logrará identificar los criterios y así llevar a cabo el proceso de toma de decisiones.
Análisis de las Alternativas. Una vez detectado el problema, se ponen sobre la mesa todas las alternativas que podrán resolver la problemática. Esto facilita el estudio minucioso de cada una de ellas. Se recomienda identificar las fortalezas y debilidades de la empresa con el fin de escoger la mejor opción para resolver el problema con éxito.
Una vez presentadas y evaluadas todas las alternativas, se llega a la toma de decisiones. En este paso, se deben considerar factores como los financieros, corporativos, legales y éticos; todo de acuerdo con los parámetros y las necesidades de la compañía.
Implementar la Decisión. Esta es una de las más importantes etapas. Este proceso se sostiene sobre una estructura cíclica, lo que significa que cuando todas las partes afectadas participan, las soluciones a futuro son inmediatas y eficaces. «Sin duda, la decisión final se les debe comunicar. De esta manera los colaboradores se comprometerán con la alternativa que permitirá solucionar el problema”.
Evaluar la efectividad de la Toma de la Decisión. Una vez implementada la solución, es necesario evaluarla para saber si el problema fue resuelto. Para ello, es importante contar con un estudio que documente y analice todo el proceso. Si hubiese un error, este se podrá detectar dentro de las etapas y la nueva decisión para afrontarla será más fácil de encontrar.
Fuente: https://soyemprendedor.co/7-consejos-para-tomar-buenas-decisiones-empresariales/9079/