La industria del turismo es una de las más diversificadas y grandes del mundo, y se espera que las tendencias tecnológicas crecientes influyan positivamente en su futuro.
Las necesidades de los usuarios y las experiencias que buscan a la hora de viajar han sufrido grandes cambios en los últimos años y las empresas deberán hacer lo posible para adaptarse si quieren sobrevivir.
El impacto de la tecnología en el turismo es de grandes magnitudes, ya le hemos visto y vivido este último tiempo en las websites turísticas con las reservas a tiempo real y ofertas de todo tipo para el ocio, el descanso y la entretención. En este sentido, los establecimientos turísticos ya están viendo las oportunidades al utilizar la tecnología y así atraer más clientes y hacer crecer el negocio.
La Inteligencia Artificial y el machine learning recogen la información de precios de las plataformas de viajes para proporcionar a los usuarios las ofertas que más se ajustan a lo que buscan.
Además, la IA y los chatbots también ofrecen una gran oportunidad para mejorar la experiencia del usuario con soporte instantáneo y sin esperas. A pesar de algunas limitaciones tecnológicas, los asistentes de IA bajo demanda provocarán un impacto en la operación de recursos humanos para la industria de viajes.
Por otro lado, también se ha transformado la forma en la que el turista obtiene información. Hoy en día se informan del destino en blogs de viaje o en las redes sociales, plataformas que son cada vez más usadas para obtener ideas y consejos de viaje sobre qué ver, dónde comer o qué hacer.
Según TripAdvisor, el 45% de los usuarios utiliza su smartphone para todo lo relacionado con sus vacaciones–, y que permiten ya viajar con cada vez más información y experiencias inmersivas, hasta la utilización de la realidad aumentada y la realidad virtual para enseñar lo que nos vamos a encontrar en el lugar de destino.
La cara del turista. Pero si hay tecnologías que han producido cambios importantes en el sector viajes es la relacionada con los identificadores biométricos, tales como reconocimiento facial, de huellas dactilares y escaneo de retina, entre otros.
Estos sistemas de control de fronteras automáticos (ABC, por sus siglas en inglés) permiten realizar la verificación de la autenticidad del pasaporte del viajero, así como la captura de sus marcadores biométricos para certificar que es su legítimo propietario.
En la actualidad, ya se está utilizando en algunos hoteles para permitir el acceso a las habitaciones a través de huellas dactilares o para realizar el check-out sin contacto. Sin embargo, en el futuro se espera que esta tecnología pueda permitir a los clientes pagar las comidas en el restaurante del hotel simplemente caminando por la salida.