Porque haber aprendido a leer no es suficiente. Si no aprovechamos las oportunidades que nos ofrece esta enseñanza seremos más vulnerables y muy poco creativos.
Como muchas otras tareas para las que nuestro cerebro no tiene un área específica, la lectura nos exige crear circuitos cerebrales donde la práctica y la persistencia del hábito es lo que los vuelve más rápidos, robustos, grandes y complejos. Aunque, saber leer requiere de tiempo y comprensión.
Aprender a leer exige al menos integrar las áreas del cerebro dedicadas a diferentes tareas como el reconocimiento visual, que empleamos para diferenciar objetos; el procesamiento del lenguaje; el movimiento con el que guiamos nuestros ojos; y la comprensión del espacio de un paisaje o una página. Puedes conocer mas haciendo clic acá
Dato Importante. La lectura, al igual que la interpretación musical, aprender otro idioma o practicar la danza, previene en cierto grado el desarrollo de distintas formas de demencia como el mal de Alzheimer, además de entrenar al cerebro para ser más recursivo en sus procesos de adaptación a distintos contextos, incluyendo su propio deterioro. Para leer, conocer y aprender más haz clic aca
La lectura profunda es, sin duda, la que permite adquirir todos los beneficios mencionados, mientras que la neuroplasticidad requiere tiempo y práctica.