Gustar del latín gustāre, sentir y percibir el sabor de las cosas. Entonces, ¿por qué un “Me Gusta” influye en nuestra salud emocional?
Un simple click es el inicio de sensaciones y emociones. «Me Gusta» -el botón de las redes sociales- nació para fomentar entornos de empatía y bondad, pero intereses económicos y la necesidad de la validación hicieron de este “like” un arma de doble filo.
El creador del botón de la validación por antonomasia fue el cofundador de la aplicación para mejorar la productividad Asana, Justin Rosenstein, a quien paradójicamente, y con el paso del tiempo, el botón de “Me Gusta” ha dejado de gustarle.
Los humanos somos tan absurdos que si vemos una cuenta con pocos seguidores la despreciamos, en cambio, una cuenta con muchos seguidores y ‘likes’, parece que te empuja a seguirla, “porque si tanta gente la sigue, es que será interesante”, reconoce su creador.
De hecho -según investigaciones recientes-, cuando un usuario recibe muchos ‘Me Gusta’, la dopamina se le dispara y al sentirse recompensado, reconocido y aplaudido, se conecta cada vez más con la aplicación y es posible que incursione en nuevas redes.
El origen del «Me Gusta». “Pensé cómo podríamos hacer más sencillo para que la gente pudiera expresar que le gusta algo, de forma que el esfuerzo fuera nimio. Después descubrí que era tan fácil como hacer click. Quería que se pudiera compartir ese positivismo fácilmente, y eso es lo que dio forma al botón de “me gusta”, reconoce Justin Rosenstein.
“Hay dos industrias que llaman a sus clientes usuarios: la de las drogas ilegales y la del software”. Esta impactante frase aparece en el documental de Netflix ‘El dilema de las redes sociales’, en el que los entrevistados explican las formas de hacer de la dopamina el mejor arma para manipular las emociones mediante sistemas de recompensa inmediata como el que hoy nos ocupa: el botón de “Me Gusta”.
“Considero que el ‘like’ es, si no una herramienta de manipulación, por lo menos una herramienta que afecta al usuario que emplea las redes sociales”, explica Marc Masip, psicólogo y experto en adicción a las Nuevas Tecnologías. “Es una manera de medir quién es -de forma falsa, evidentemente-, por lo que es una especie de pastilla falsa de felicidad o un sustitutivo de placeres o de satisfacciones” agrega.
“Para mí, es más importante tener un amigo en un mal momento que tener 100.000 ‘likes’ de gente que no conoces. Hay un valor económico tras estos ‘Me Gusta’ y se ha creado un falso estatus: el de que cuántos más seguidores y ‘likes’, mejor es alguien” reconoce su autor.
“Por desgracia, estamos desvirtualizando la parte humana y sentimental, porque cuando tienes infinidad de ‘likes’ pero necesitas a una persona y no la tienes, esos ‘likes’ quedan obsoletos” finaliza Rosenstein.
Fuente: https://mercadeodigital.cl/2024/01/08/confundir-un-like-con-afecto-verdadero/