Dicen que la basura de una persona es el tesoro de otra persona. La música de una persona es la contaminación acústica de otra. Si quieres escuchar música para aumentar tu productividad, es importante elegir las canciones que te gusten.
Aunque, tu gusto por la música no es el único factor que determina si una canción ayuda o perjudica tu productividad. Tu personalidad, introversión versus extroversión, también afecta si y cuánto te beneficias de la música de fondo.
Dicen que no hay una forma correcta de obtener inspiración. Es profundamente personal y se deriva de lo que es importante y lo que te impulsa. Pero no importa dónde lo encuentres, a menudo es una parte integral de lo que te mantiene en marcha cuando los tiempos se ponen difíciles.
Por su parte, la música tiene un efecto dopaminérgico en el cerebro, lo que significa que crea dopamina. La dopamina, a su vez, estimula la corteza prefrontal, el centro del cerebro responsable de la planificación, la organización, el control de la inhibición y la atención.
En resumen, si tu cerebro produce más dopamina, puede ayudarte a ser más productivo. Pero, según expertos, la clave es elegir la música que te gusta, pero que también has escuchado lo suficiente como para que no te concentres en la letra o el ritmo.
Eso explica por qué nos encontramos escuchando la misma lista de reproducción de canciones que nos gustan una y otra vez mientras trabajamos. La música nos pone de buen humor (en otras palabras, hace que la dopamina fluya), y, aunque hemos escuchado esas canciones tantas veces que apenas se registran las palabras. Es casi pavloviano, la forma en que se hace clic en el play y nos sumergimos en el trabajo.
Fuente: https://www.entrepreneur.com/living/how-music-can-transform-your-productivity-levels/462314